CÓRDOBA
Las telas de araña en los rincones inhóspitos de las iglesias, la multitud
amontonada para entrar, el ruido de la ambulancia, el tango en Belgrano y San
Juan, domingos de Patio Olmos, sábados de parque Sarmiento.
Las brujas... Espacio verde que se transforma en algo así como el patio de tu
casa, los mates, las hierbas, las flores, la primavera, el amor, las sonrisas.
La esquina donde te mirás con un extraño para ver si es o no hora de cruzar, la
llovizna que te agarra a mitad de camino, y la colección de paraguas de $25 que
compras cada vez que salís de la facultad y llueve como si fuera la última
vez.
El cineclub, las películas francesas, el pururú casero, los mejores chipá de la
panadería de la esquina, las guitarreadas.
Amigos de la facu, amigos del boliche, amigos de una que otra jam, amigos no
tan amigos, amigos muy amigos, hermanos. Familia del corazón, de esos que te
tatuarías con tal de llevártelos de por vida. Departamentos con platos,
departamentos sin platos, sin vasos, vasos de plástico para dejar de romperlos,
visitas inesperadas.
Discusiones de política, casi siempre ajenas, marchas de la gorra, el festejo
de Talleres, de Boca, de River, Belgrano y de repente todo celeste. El MUNDIAL,
la esquina del Olmos, la Rondeau, banderas, pinturas, cantos, gritos, multitud.
Picadas, empanadas, bandas de rock, acústicos en disquería Milenio, Belle
Époque, caminar con miedo en el Abasto, Casa Babylon, barrio Gùemes de mi vida.
El almacén de la esquina, a ése no lo afecta la inflación, por eso le decimos
"La barata". Los miércoles la murga, tambores y bombos, mochilas y
vapor.
Tsunami, ritmo de baile, salsa y tango, fiesta de lunes, ellos no descansan.
Majualda.
La cama-sillón.
La Juli.
6 años en Córdoba, y yo.
Maia Di Piazza