Búsqueda de fragancias que caracolean en el tiempo de sonrisas que anidan esperanzas...del lenguaje que dé solidez al verso y la prosa...de entregas, silencios y de una mística en la belleza, que resuman dignidad y respeto a la palabra.

Beatriz Mattar de Vergara

martes, 1 de octubre de 2013

Alma Carrión de Dal Bó


LA PROMESA

Me quedé
caminando sobre las huellas
de tus pasos,
por los mismos senderos
que caminamos juntos
pero huérfana, ahora, de esperanzas.

Me quedé en la misma casa
donde abrevó la vida.
Me senté junto a la misma mesa
hundiéndome en la oquedad
de tu silla vacía,
hostigada por profundos silencios,
me acosté en la misma cama,
abrazando sueños viejos,
ajena de caricias,
sumida en la frialdad
de tu lugar desierto, taladrando
mi congoja.

Me quedé, quizá debí volar contigo,
tus alas te llevaron a lo ignoto,
las mías, tal vez me llevarían al olvido
y este dolor ya no estaría.

Y me quedé en el tiempo
viviendo la vida que me resta,
invento símbolos absurdos
para ahuyentar los fantasmas
de la angustia.
Camino sobre las huellas de tus pasos
por los mismos senderos
que caminamos juntos.
Murmuro tu nombre,
tu imagen inmaterial, siempre a mi lado,
anclada a los recuerdos
y así no morirás jamás, mientras yo viva.
No morirás una segunda vez.
                                        ¡Te lo prometo! 

Alma Carrión de Dal Bó