entre cerros y aromas susurrantes…
Plegaria de tilos y eucaliptos…
Arpegios matinales en el día que sonríe agitando
con ritmo,
el corazón que dice
¡TANDIL
ERES HERMOSA!
La cruz que redención derrama
abraza el dolor en la senda del Calvario
y en un cáliz que la fe levanta,
reviven piadosas las gracias jubilares.
Alegres tus naranjos y crespones,
con la ingenua caricia de la tarde
cobijan el paso bullanguero
de jóvenes que alientan tu futuro.
Austero el Centinela,
cumple fiel su misión de vigilante
mas, pide con un ruego que es sollozo
por su hermana, la caída Movediza.
Allá Miní con su sombra maldecida…
Allá el duro interrogante sin respuesta…
Allá Pedro DUFFORNET, el humilde pandereta
anunciando su muerte el mismo día
en que la Piedra Movediza ,
desgarrada,
besó el suelo.
Hoy te canto Tandil por tu belleza
te
canto por tu gente
por tu azul penetrante de
poeta.
Porque eras en mi padre
un recuerdo emocionado
en sus pupilas…
porque eres en mi tiempo
la metáfora más cálida de la vida
en sus capullos.
Beatriz Mattar
de Vergara
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