UN PUÑADO DE
SUEÑOS
Evoco un amanecer en el campo…
con esplendor
con esplendor
en la hierba cuando la niebla se levanta,
con la alegría de trinos que musicalizan el día,
y el crepitar temprano del fuego en la cocina.
Deseo volver a cortar el pan crujiente
y sostener el tazón sin asas que entibia las manos…
saborear el requesón o las mermeladas de la abuela
y la manteca que ayudaba a batir entusiasmada.
Había en la casa una actividad de colmena
especialmente en tiempo de siembra y cosecha.
Recuerdo el puñado de sueños dorados
que el abuelo un día, me entregó emocionado.
Entonces me dijo que en cada semilla
latente vivía
un misterio de vida,
latente vivía el prodigio del trigo,
germen del sustento de cada familia.
Fue un sembrador de quimeras…
con fe en Dios y en la simiente,
ancló su barco en la tierra nueva.
Las mieses fueron hilando el destino…
germinó su hogar y en él,
un puñado de esperanza… sus retoños,
rubios de sol como pequeños granos maduros.
María Teresa
Pavía de Picco
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
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