HASTA AYER
Ayer quemé tus cartas. Viejas cartas.
Las que me hablaban de sueños
y proyectos que no pudieron ser,
tal vez porque el amor
en ellas proclamado
no era tanto. Tal vez ni era,
pero me mantuvieron
atada a tus promesas,
a tu recuerdo,
a la necesidad de creer
que verdaderamente
tu amor era sincero.
Hasta ayer.
Cuando por fin
me decidí a quemarlas.
Las vi arder en elevadas lenguas
de un furioso naranja
y quedar reducidas
a láminas delgadas
de moribundo papel carbonizado.
Al querer recogerlas, sin proponérselo,
aventó la escoba
el resto de cenizas
y revivió una pequeña llama.
Después…
Sólo quedó una marca gris-negruzca
en las piedras del suelo
donde habían ardido.
Y muy dentro de mí
la dura cicatriz del desengaño.
Myriam Lucía Taverna
Del libro “Un mar de palabras - Antología 2017” ,
del Taller Literario “Letras y Sonidos”.
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