UNA COPA
Mi alma es una copa de cristal.
Frágil cristal adornando la vitrina.
Aguarda, silenciosa y con paciencia,
tu mano que ha de tomarla un día por el talle
y entibiará su vientre redondo entre las palmas.
Y sentirás el dulce vino, burbujeante.
Aguarda el roce de tus labios,
tu mano serena, contemplándola.
……………………………………………….
Hoy ha recibido un duro golpe
que no ha logrado, sin embargo,
astillar el cristal.
Pero una lágrima invisible
se desliza hacia el pie.
Y muere allí.
LA CANCIÓN DE LAS SIRENAS
Cántame la canción de
las sirenas.
Cuéntame de hombres
sabios y gentiles,
y de mujeres
prodigándose generosamente y sin escudos.
Cuéntame de niños
bienamados,
creciendo al abrigo
de un hogar que nace
en la certeza de
saber que es posible ser de a dos,
sin destruirse.
Cuéntame de seres
generosos,
que tengan el
espíritu inmune a las luces falsas del entorno,
esas que llevan a la
nada, a la vacuidad de todo.
Cuéntame de un lugar
de campos amplios,
de espigas henchidas
y caminos que es posible
transitar sin
accidentes.
Cuéntame de un país
donde su gente
valore la
creatividad, la tolerancia,
y el intelecto lúcido
y sapiente
en aquel que eligen
para que los gobierne.
Cántame la canción de
las sirenas.
Que ya estoy harta de
esta realidad absurda.
Ojalá Adriana puedas inspirarte, para así seguir escribiendo cosas tan bellas.
ResponderEliminarHermoso tu poema Adriana, bellas imágenes.¡¡¡ FELICITACIONES!!!
ResponderEliminar