Coordinadora: Myriam Lucía Taverna - Sede: Museo de la Ciudad de San Francisco
Búsqueda de fragancias que caracolean en el tiempo de sonrisas que anidan esperanzas...del lenguaje que dé solidez al verso y la prosa...de entregas, silencios y de una mística en la belleza, que resuman dignidad y respeto a la palabra.
Beatriz Mattar de Vergara
Beatriz Mattar de Vergara
jueves, 31 de marzo de 2016
domingo, 27 de marzo de 2016
Maria Elisabeth Noria Martínez
MUÑECAS ROTAS
- A Marita -
Una
mujer murió en manos de su expareja, delante de los niños bajo su cuidado.
Mucho
hay que hacer para lograr proteger a las mujeres, para que no mueran por serlo.
Cayó
como una muñeca de trapo en manos de un niño enfurecido, como si hubiese pasado
de moda.
¡Cuántas
víctimas!
¡No más muñecas rotas!
¡No más muñecas rotas!
Maria Elisabeth Noria Martínez
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
Jorge Emilio Bossa
LA ESPERA
Ella se asoma a su balcón, a su puerto.
Abajo, el mar de cemento comienza a aquietarse. La marea humana aplaca sus aguas. La ciudad se argenta con el brillo lunar.
Abajo, el mar de cemento comienza a aquietarse. La marea humana aplaca sus aguas. La ciudad se argenta con el brillo lunar.
Ella espera a aquel marino que una
noche vistió su piel de sal.
Él tiene un amor en cada balcón.
Jorge Emilio
Bossa
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
Laura Estela León
PAISAJE Y
MISTERIO
El sol se estira perezoso. Largas sombras,
tibio arco iris e infinitos matices.
El paisaje se pinta así desde el puente
mientras las aguas del Jarama y el Tajuña,
llegan mansas… afluentes deseosas
de entrar al Atlántico, como dedos del río Tajo.
Entre el roquedal lento se adormece el río
y tiritan los sauces en hilera
mojando sus cabelleras.
Invade el paisaje… sigo en el puente
y se adueña el ensueño, cuando
la presencia de un hombre
de cansino y silente andar, inspira mi curiosidad.
Llega sorteando guijarros y ramas,
casi con alegría de niño
cuidando su travesura.
Se inclina peligrosamente
hasta que el río moja sus manos.
Las mira, las frota como queriendo guardar
hasta la última gota.
El río Tajo, tal vez, acarició las manos del anciano
mientras la noche caía envolvente y tibia sobre
nosotros.
Ya no busco las aguas… se las llevó la corriente.
El cielo se deshizo, la luna se quebró
y me llega el desencanto.
¿Se fue Saramago con sus manos húmedas
o la ilusión hizo la magia del momento?
Una melodía teje ante mis ojos, escenas recientes.
La melodía es misterio.
Laura Estela
León
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
Lidia Berta Fortuna
PRODIGIO
El hombre está como una bestia
exilada de la comunidad. Perdió su espíritu alegre y despreocupado. Ya sin
vitalidad y agotadas sus fuerzas siente hambre y sed. Acaso era su misión
personal retirarse a una región profunda del bosque, para rezar sin descanso.
Siente que solamente un milagro podrá
salvarlo.
Comienza a rezar fervorosamente,
famélico y casi extraviada su razón. Descubre la llegada de un perro que tiene
en su boca un mendrugo de pan, el que deja caer cerca de sus manos. En silencio
se arrodilla a su lado y descubre las partes de ese cuerpo que arde en llagas.
Con profundo sentimiento humano, acerca su boca sobre ellas y se retira con
tristeza.
Al día siguiente, vuelve a cumplir su
recorrido, con un pedazo de pan que lo deposita a su lado.
Al ser descubierto por su amo, éste
trata de ayudar al exilado.
El inteligente y bondadoso animal
quedó reconocido en el mundo como “El milagro del perro de San Roque”.
Lidia Berta
Fortuna
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
Blanca Bonafede
SILENCIO
Silencio nocturno.
Serenidad
aquí y más allá.
El silencio es dueño, todos duermen.
Solo
algún pájaro, que perdió su rumbo,
y
allí quedó al amparo de algunas ramas.
Cuando el silencio reclame descanso,
el hombre regresará a su fajina
diaria.
El
silencio de la noche no invita a palabras.
¡Qué
nadie cante! No lo despierten.
El silencio solo despertará… con el
rey sol.
Y
solo él reclamará su trono.
Blanca Bonafede
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
Raquel Bussi
NOSTALGIA
Es entonces que en la memoria del
corazón aparecen los rostros de sus queridos amigos, vivencias compartidas.
Esto alimenta su espíritu, le da
fuerzas para seguir el camino, intenta ser peregrina de las palabras aunque a
veces la hoja en blanco la mire de reojo. Necesita expresarse, aunque le cuesta
¡Pero aún así, insiste!
Raquel Bussi
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
domingo, 13 de marzo de 2016
martes, 8 de marzo de 2016
Alma Carrión de Dal Bó
REFLEJOS
- Ante un cuadro del pintor
Luis Taverna -
La luna enmarañada en los tules
de nubes recién anochecidas,
rompe el oscuro manto de la noche
y baña con su
luz el caserío
que en las orillas del río se adormece.
Un aquelarre de cintas de colores
ondean en las aguas con las olas
y estallan como fuegos de artificio
en una esplendorosa ceremonia.
Tan humildes las casas, tan sencillas,
tantas historias de vida entre sus muros.
Durante el día, tan frágiles al verlas,
mas en la noche, la magia de la luna
las ilumina con brillos y colores.
¡Tanta belleza en el modesto suelo!
¡Tanta riqueza en el paisaje pobre!
Alma Carrión de
Dal Bó
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
domingo, 6 de marzo de 2016
Ester Gallardo
QUÉ LE DIRÉ AL
AMOR
Qué le diré al AMOR cuando me diga
que ha pasado a mi lado y no lo he visto,
que he callado mis risas y mis llantos
y he apagado la luz de mis estrellas.
Qué le diré al AMOR cuando me diga
que ha llamado insistente a mi ventana
y he cerrado mis ojos por no verlo
y he sellado mis labios sin nombrarlo.
Cuando pasen los días y las noches
y no quede ningún amanecer,
qué le diré al AMOR cuando me diga
que cuando me llamó, yo me alejé.
Ester Gallardo
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
Mirian Graciela Pesasi
EL SORTILEGIO DEL PIANO
Ana se sentó frente al piano.
Comenzó a interpretar una melodía que, cuando niña, solía ejecutar con su padre.
Comenzó a interpretar una melodía que, cuando niña, solía ejecutar con su padre.
Se sintió inmensamente feliz.
Por su mente pasaron todos los gratos
momentos de su niñez y de su adolescencia.
Ahora era todo tan distinto.
Su mamá enferma..., su papá ya no
estaba en este mundo.
Sonrió para sí. Aún estaba mamá y de
todas maneras, atesoraba en su corazón, las vivencias de toda su vida.
Mirian Graciela
Pesasi
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
Amelia Pérez de Ron
MONTAÑAS
Se recuestan en el atardecer las
oscuras siluetas de las montañas. Detrás de ellas, un estallido de colores. El
sol se oculta despidiendo al día. Tan distintas se perciben cuando los rayos
bañan sus cumbres y laderas. Tan llenas de vida y misterio. Su vegetación danza
trémula al compás del viento que alegremente despeina su follaje. Entre sus
matorrales se esconden secretos de vida, ocultos, casi imperceptibles a simple
vista. Pero están allí, vigilantes y atentos, acechando al intruso que vaga
entre los escollos. En la cima, callados pájaros despliegan suavemente sus alas
sobrevolando el espacio, bailando afrodisíacas señales divinas, tan cerca del
cielo, tan lejos del suelo. Así continúan su eterno aprendizaje en el arte de
sobrevivir.
Y, como antes, como siempre, las
montañas cobijan sus sueños.-
Amelia Pérez de
Ron
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
María Teresa Pavía de Picco
UN PUÑADO DE
SUEÑOS
Evoco un amanecer en el campo…
con esplendor
con esplendor
en la hierba cuando la niebla se levanta,
con la alegría de trinos que musicalizan el día,
y el crepitar temprano del fuego en la cocina.
Deseo volver a cortar el pan crujiente
y sostener el tazón sin asas que entibia las manos…
saborear el requesón o las mermeladas de la abuela
y la manteca que ayudaba a batir entusiasmada.
Había en la casa una actividad de colmena
especialmente en tiempo de siembra y cosecha.
Recuerdo el puñado de sueños dorados
que el abuelo un día, me entregó emocionado.
Entonces me dijo que en cada semilla
latente vivía
un misterio de vida,
latente vivía el prodigio del trigo,
germen del sustento de cada familia.
Fue un sembrador de quimeras…
con fe en Dios y en la simiente,
ancló su barco en la tierra nueva.
Las mieses fueron hilando el destino…
germinó su hogar y en él,
un puñado de esperanza… sus retoños,
rubios de sol como pequeños granos maduros.
María Teresa
Pavía de Picco
Publicado en la Antología “Un mar de palabras”
Diciembre de 2015
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